viernes, 8 de mayo de 2009

EL MUNDO HECHO PELOTA

Fútbol

El fútbol es un juego, pero no es sólo eso. Tiene su reglamento, pero también hay otras reglas que lo complementan y también condicionan. ¿Sigue siendo un juego?


En cada partido no sólo son once contra once. También hay un árbitro, hinchadas (a veces más de dos), cámaras que multiplican por millones los espectadores, dirigentes, empresarios, sponsors y así podemos seguir la lista.
Pero todo eso que rodea y determina el rumbo del fútbol no es ni más ni menos que el modo de vida de la sociedad en su determinado momento socio/económico/cultural.
Por eso es pertinente preguntarse si se juega como se vive. Si viendo jugar o jugando se manifiesta en esencia qué tipo de sociedad conformamos.
El fútbol funcionó, desde épocas muy tempranas en la Argentina, como un fuerte núcleo de representación de la nacionalidad. Una serie de éxitos internacionales, junto a una lista de "héroes" futbolísticos, produjo una narrativa épica donde el fútbol contribuía, de manera importante, a la "invención de una nación". A partir de la experiencia populista del primer peronismo, en los años '40, la relación entre fútbol (deporte) y nacionalidad se volvió indisoluble, con un clímax registrable entre los '80 y los '90 con la aparición de la "época maradoniana". Hoy, la globalización del escenario futbolístico coincide con la crisis de la representación de lo nacional a través del fútbol argentino.
Cuando comenzó a rodar aquella primera pelota con tiento los equipos más humildes, que surgieron alrededor de fábricas o de barrios obreros industriales, cultivaron estilos que premiaban la laboriosidad, el esfuerzo y la solidaridad. En comparación, los sectores medios priorizaban la creación individual. Sin embargo, según el sociólogo Pablo Alabarces, “hay estilos complementarios y muchas contradicciones que pueblan los relatos futboleros. Por ejemplo Boca, que se caracteriza por el fútbol aguerrido y luchador, tuvo cracks de buen manejo de pelota de la talla de Maradona o “Rojitas”. River, que siempre se jactó por su paladar negro, tuvo no tan elegantes como al mismísimo Astrada, al “hachita” Ludueña”, un huevo Toresani o -la hinchada recordará- a un “Cuki” Silvani.
Alabarces compara la épica del tenis más ligada a un “me salvo solo” con la de los deportes colectivos, entre ellos el fútbol. En este sentido es que el sociólogo se declaró “bielsista”, pero más por un concepto filosófico que por uno táctico-estratégico. El ex técnico priorizaba el juego colectivo sobre el individual y esto a Alabarces le parecía más rico como metáfora constituyente de una identidad nacional.
Es entonces el DT uno de los portadores de ese sentir social, por lo de esa sociedad de once. Los esquemas tácticos representan esa mirada particular y podríamos decir que es una propuesta que puede verse reflejada del otro lado de la línea de cal.
Juan Rivas, coordinador de la Liga F.O.S. tiene su mirada al respecto: “tengo que saber bien la capacidad que tienen mis jugadores para ubicarlos en la cancha, así es como tomo lo de táctica-estrategia debido a la capacidad del jugador”.
En los potreros también, aunque no haya directores técnicos, se dispone una táctica determinada. Los roles se definen por las aptitudes, una clara señal de qué sociedad se desea desde los barrios.

1 comentario:

  1. Hola
    es la primera vez que les escribo. me llamo cristian y soy de v.zapiola. queria pedirles si no pueden hacerle una nota a riquelme y preguntarle si es verdad que en boca están todos peleados. me preocupa que como hincha no podamos saber la verdad.
    gracias.
    está muy bueno el diario

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