viernes, 8 de mayo de 2009

CHICOS CON SUEÑOS DE GRANDES


Adolescentes emprendedores

A pesar de la estigmatización social que sufren miles de adolescente argentinos, existe hoy en nuestro país, gran cantidad de ellos que apuestan al trabajo en grupo para cambiar y mejorar su realidad barrial.


Dicen que los jóvenes son el futuro, pero ellos existen en un hoy: son reales y tangibles. Entonces ¿No son, también, el presente? Sin cuestionar qué hacen los adultos por las nuevas generaciones; por qué pensar en la juventud de estos días como aquella masa que “se droga y sale a robar”.
Aquel grupo por el cual la gran mayoría de los ciudadanos está dispuesto a aceptar que se cambien las leyes y bajar la edad de imputabilidad, en vez de cuestionarse las reformas educativas que se han venido sucediendo, el aumento del número de desempleo, el hambre y el crecimiento de la brecha entre ricos –cada vez más ricos- y pobres –en un estado de extrema miseria.
En este momento la opinión pública (influenciada por el monopolio de medios masivos) no juzga qué cambiar del sistema para que éste logre incluir a más cantidad de argentinos, sino cómo aislar, esconder y excluir esa porción de la población que “molesta”.
Pero frente al apoyo de la Liga F.O.S. (Fútbol para la Oportunidad Social) cientos de jóvenes morenenses han dado el ejemplo -a miles de ciudadanos- tomando la responsabilidad de pensar y llevar adelante proyectos que modifiquen algún aspecto de su barrio y mejoren su calidad de vida.
Alejandro Padilla de 17 años decidió organizar la murga “Los Pingüinos del Oeste”, dándole al club “Lomas de Casasco” música, baile y la recreación colectiva. Según él funciona como excusa para alejar a los chicos de las calles, mostrándoles esto como otra alternativa de vida e inclusión social. Actualmente comparte, este sueño musical, con 68 chicos que conforman la murga. Para esto ya poseen elementos musicales necesarios, pero les falta el armado de los trajes. Más allá de este inconveniente, Alejandro asegura estar muy contento con lo obtenido hasta el momento, puesto que frente a la problemática de falta de fondos, organizaron un festival que los ayudó a recaudar dinero.
Para Denis González, de 14 años, techar el salón en la cancha de Asunción fue una iniciativa que no se podía dejar pasar. El club no poseía un espacio techado donde se pudieran incorporar chicos que quisieran hacer otras actividades. Pero a diferencia del plan acabado de Denis, Ana Paula Veiguela y Jonathan Almeida siguen trabajando –desde el año pasado- para darle forma y crear una biblioteca popular en el Club Güemes. Ellos fueron sorprendidos por la cantidad de material que los vecinos y conocidos les han donado.
El club Unión Oeste tiene la suerte de contar con Lara y María Belén Aguilar, Ayelén Valor, Belén, Jean y Ezequiel Frechero, jóvenes muy comprometidos que buscan darle su propia identidad al club colocando bancos, plantando árboles y alambrando la cancha de la institución (que recién este año ha logrado tener su propio terreno).
Todos son un claro ejemplo que la juventud es el presente; y que preocupados por el bien común, son capaces de diagramar, pensar y llevar adelante proyectos que aboguen por él, resolviendo cuestiones de las que otros ciudadanos no se ocupan. Responsables e interesados por la realidad que los rodea no dudan en reunirse, y frente a una posibilidad de cambio poner “manos a la obra”.

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