viernes, 17 de abril de 2009

LA PELOTA NO SE PINCHA

Deporte
La historia y el presente nos dice que en los clubes de fútbol barriales el trabajo es en esencia social. Contar con un espacio donde los chicos y los grandes se recreen con el objetivo de identificarse unos a otros y ser parte de un abanico de posibilidades, traspasa los límites pensados en el nacimiento del fútbol. En la actualidad esa intención de crecimiento está en peligro.


En la actualidad el fútbol es considerado en nuestro país una de las principales atracciones deportivas y sociales. Convoca con cada encuentro a miles de personas concentradas en diferentes puntos del país. Pero por fuera de los grandes estadios, lejos de las figuras de mayor relevancia que recorren los medios como estrellas del espectáculo, existen otros espacios que se enriquecen y fortalecen con otras sensaciones y formas de ver al fútbol.
A principios del siglo XX principalmente los sectores populares fueron quienes conformaron trabajosamente los diferentes clubes sociales y deportivos, que se revelaron como eficaces ámbitos de sociabilidad. Esto facilitó mucho la integración de los hijos de los inmigrantes.
Roberto Di Giano, sociólogo de la Universidad de Buenos Aires y Coordinador del Área Interdisciplinaria de estudio del Deporte en la Facultad de Filosofía y Letras de la misma universidad, contó a Contraseña de Moreno que toda esa etapa histórica de nuestro país “hay que verlo como un antecedente. A partir del fútbol se logra integrar a estos sectores, lo que no se producía en otros contextos, cortaron con ese crisol de razas de tantos años”. Además por aquella época “las muestras de discriminación y de intolerancia crecieron fuerte en nuestro país, y hasta nuestros días la política no facilita ninguna forma de reordenamiento social, es un estado de descomposición lo que uno puede visualizar, donde la clase media y la baja se encuentran totalmente fragmentadas”, dice Di Giano.
Ligado a este tema se reconoce que en la actualidad en la Pcia. de Buenos Aires cerraron más de la mitad de los clubes barriales. Di Giano comentó que “esto pasa por cuestiones de lógica social, económica y política que hay en el país. Y queda claro que si se cae el club, se cae el barrio, se cae la solidaridad. El fútbol es un canal muy importante para la sociedad, y lo ha sido históricamente”.
En su piel de sociólogo afirmó que “cuando llegue el momento en que la sociedad argentina priorice objetivos transcendentes, se accederá a la educación del soberano, a la justicia social, y se abandonaran definitivamente las revalorizaciones de lo trivial y los recorridos individuales”.
Como dijo Diego Monte, presidente del club 25 de Mayo y coordinador regional de la Liga Argentina de Fútbol Callejero, a Contraseña de Moreno, “el fútbol se debe pensar como un espacio de integración, participación y formación ciudadana y ver a la pelota como la herramienta popular por excelencia”.
Di Giano cree que hay emprendimientos sumamente positivos que si no encuentran la posibilidad de coordinarse y encausarse en un movimiento más amplio van a seguir teniendo límites importantes, pero siente que “si esto se abre en la sociedad puede llegar a cambios rotundos, incluso a transformaciones globales. Ojala se pueda dar ese paso más transcendente, pero ya de por sí esto es positivo, como todos los emprendimientos que apuntan a la transformación”.

1 comentario:

  1. Muy buena la nota, me gustó el enfoque le que dieron. Estoy muy de acuerdo con lo que dice el sociólogo.
    Es verdad que el deporte en general puede ser una herramienta para cambiar las cosas. Hay que ver por qué entonces solo se lo promociona desde lo comercial.

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