lunes, 30 de marzo de 2009

REMATES EN MORENO


Ofertas
Con la crisis económica y el aumento de precios se hace complicado salir a comprar lo que se necesita para el hogar y lo personal, por eso hay mucha gente que recurre a otras alternativas a la hora de ir por lo que precisa.

Contraseña de Moreno estuvo el pasado sábado 21 de marzo en el “Hotel de Ventas” de Herminio Álvarez. Se trata de un lugar donde se realizan remates de todo tipo, y además asiste gente de diferentes estratos sociales, es decir, que allí logran cruzarse e intercambiar criterios personas que muchas veces van en busca de lo mismo: algunos materiales para refaccionar sus casas, coleccionistas de antigüedades, dueños de compra y venta, pero también están los curiosos de siempre que a veces se sienten atraídos por alguna oferta y se llevan algo.
Álvarez contó brevemente el comienzo de ese trabajo: “surgió por las ganas que había de hacer algo. Mi padre, Manuel Álvarez Pendás, ya había estado de martillero en Moreno en sociedad. Cuando se disolvió no tuvo otro remedio, no tenía otro trabajo, y con unos amigos comenzó a hacer unos remates en Moreno, y después se empieza acá”. También decía que la cantidad de gente que asiste depende del tiempo, de la mercadería que haya, del dinero que tenga en el bolsillo la gente, son muchos los factores, “viene gente de todos los estratos sociales”.
Afirmó que la gente gasta dependiendo de lo que le interesa, y que van allí a buscar algo en particular y a veces cosas que no habían pensado, es decir, que a “van por un determinado lote y no lo pueden comprar, y terminan llevándose algo que no tenían previsto. Los remates son una caja de sorpresa”, argumentó Herminio Álvarez.
Un ejemplo a los dichos de Álvarez es Miguel Gómez, de Paso del Rey, que hace 15 años que asiste a los remates, pero siempre va con la idea de comprar algo porque sabe que allí lo va a encontrar, y dijo: “se consiguen cosas de buena calidad, hay antigüedades y a mí que me gustan. Por ejemplo, yo estoy construyendo, y acá veo unas puertas baratas y de buena calidad, en buen estado”. Y con respecto al entrelazado social cree que “concurre mucha gente porque hay una diferencia de dinero en relación a otros lugares, se puede conseguir todo junto en un mismo lugar y un mismo día. Además hay para todo público, gente que tiene negocios, y también particulares”.
Horacio Boraquia es dueño de un “compra y venta”, y al igual que Miguel Gómez, hace varios años que recurre al remate para hacer sus compras. “Se supone que le ponemos un porcentaje más elevado sobre lo que compramos, para tener una ganancia, con el riesgo de que a veces las cosas no estén en condiciones, pero por eso tenemos la posibilidad acá de verlos. Los remates son sin bases, y el precio lo pone uno”, contó.
Boraquia cree que es una especie de “timba”, porque son apuestas. “Dos, cinco, siete, veinte… estás apostando a comprar. Esto genera cierta adrenalina al comprador, y eso hace que uno, de un modo u otro, participe”, dijo, y agregó que “si se lo mira desde afuera hay otros espectadores que tal vez no tengan otra salida más agradable, y vienen acá a distraerse para ver como nos matamos nosotros”.
Allí se vendieron muebles, antigüedades, y hasta armas y animales, no hay un lote fijo. También se llevaron a cabo remates judiciales. Álvarez pensaba y decía: “imaginate cuántos remates hubo. No hemos llevado una continuidad. Son cuatro por mes, sábado y domingo, aparte de los remates afuera. Y del ´54 a esta altura... habría que agarrar la maquinita y multiplicar”.

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